Imposibles #2
Dos horas aún
me sobra el tiempo,
me falta el aire,
me falto yo.
Dos horas faltan
hasta aquel café con prisas
para dejar la tarde
transformada en noche
y perseguir presas alcanzables
como el guepardo
que sobrevive acechando
los sueños de los demás.
Dos horas
inimaginables, imposibles, eternas,
de releer a Cortázar
de entablar relaciones esporádicas
-y romperlas-
y volver a tu piel
rozando mi brazo junto a la mesa
a tu respiración en mi cuello
a tus dedos
dibujando la línea de mi nuca
y a suspirar el olor de tu pelo.
Dos horas de fallecer
en tus ojos negros
en tu palpitar inquieto
en tu ser hiperactivo
y escuchar la invitación
a una cerveza pendiente,
y dejarlo ir
y oir un hasta pronto
y pensar un hasta nunca,
y un te echaré de menos
y yo también.
9 comentarios:
La verdad es que no estoy muy orgullosa de este texto, pero está dedicado a un verdadero imposible y no podía faltar en esta serie.
Está bien. Lo que pasa es que coge fuerza al final. Debe ser un imposible de esos que cansan.
Un beso!
No te imaginas lo identificada que me puedo sentir en tus imposibles. Esas espinitas clavadas que nos dejan una cicatriz que se resiente, sobre todo, en los días de lluvia.
Es curioso como el dolor de esas heridas nos puede traer tan buenas sensaciones en cada recuerdo. Tan buenas y dolorosas sensaciones precisamente por ser imposibles.
La vidilla de los imposibles...
Ya llegue a este, el otro blog. No me gustan mucho los textos amorosos, pero es un error del menda
gracias davinia!
muy bueno el texto ^_^
y si..aqui estamos..siempre me costo llevar un blog como dije, pero bueno, lo haremos por el futuro del comunicador!
un besotteeee
directo al estómago...
Perfecto...
Besos, Chica-estrella.
(muchos)
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