miércoles, diciembre 31, 2008

Rompiendo esquemas

Y de repente llega un día una persona que te rompe los esquemas, te los tira abajo, del plumazo, te cambia las caras, las sonrisas, incluso la mirada y todo pasa sin que tengas muy claro cómo ha llegado a suceder.

A veces te la encuentras en la cola del supermercado, al volante de una guagua, en el donut que va tras de ti en un parque acuático suizo o en la butaca contigua en ese avión que has estado a punto de perder. Otras veces resulta que has estado a punto de atropellarla con tu bicicleta, que se ha sentado junto a ti en la sala de cine, que el vuelo se retrasa y decidiste tomar un café con él en el aeropuerto o esa cita a ciegas que tu amiga planeó para poder ligarse al otro amigo. Algunas veces sucede que es la persona que se te ha colado en la barra del bar pero se ofrece a pedir también por ti o esa chica que encontró tu blog por casualidad en el ciberespacio o ese amigo del amigo de una amiga al que sólo viste un día en una excursión a la nieve.

Lo importante es que esa persona llega y te rompe los esquemas, los destroza y eso, en lugar de molestarte, te revoluciona, te crece y te llena de vida. Sobran las palabras, y una mirada desde el otro lado de la mesa es más que suficiente, un beso de despedida en la mejilla o esa primera noche juntos en la que la magia brota por los poros de la piel y el mundo parece detenerse junto a la ventana.

Yo pensaba que eso sólo podía sucederle a los demás, que vivir intensamente no era sinónimo de amar intensamente y que las intuiciones no eran más que pensamientos perdidos, pero a veces eso ocurre...

Por eso me alegra tanto que estés aquí, releyendo mis palabras por encima de mi hombro y sentir tu aliento junto a mi oreja, que hayamos pasado una de esas noches en las que he rebuscado en los bolsillos de tu pasado y no he encontrado piedras en el camino, y entonces he decidido vaciar los míos y tender las lágrimas a secar al sol.

Me alegra saber que mañana me dejarás recorrer tus rincones perdidos y saciarme con las gotas de la vida que desprendes y que volvamos a revolcarnos de risa con los castillos de naipes que construimos en el cielo de esta cama, porque por alguna extraña razón se mantienen en el aire sostenidos en nuestro montón de quimeras.

Y mantener y alargar esta locura, llevárnosla de paseo, como ése último paseo por la playa antes de olvidarnos del mundo, y zozobrar en la orilla y amanecer a tu lado esquivando las cosquillas de tus labios y el sabor dulce de tus manos acariciando mi cuerpo.

Y por una vez en la vida, me alegra que me rompas los esquemas, que pueda venir aquí a escribirlo y que hayas dejado por unos segundos de besarme para permitirme escribir.

Leer más...

lunes, diciembre 15, 2008

Tu definición de amar

He pasado diez días llorando, intentando creerme que no me importaba esta situación, que soy capaz de sobrellevarla valientemente, que no se trata más que de un pequeño obstáculo sin más complicaciones. Diez días pensando que realmente no estoy enamorada de ti, que nunca lo he estado, que no se trata más que de un momento y una situación, estabas ahí frente a mí, en el momento adecuado y el lugar adecuado, y que me dejé engañar por mi creciente necesidad de amar. Amar incluso sin ser correspondida, simplemente amar.

Me ha tomado diez días analizar todas y cada una de las cosas que no me gustan de ti, y encontrarte los suficientes fallos como para neutralizar aquello que me conquistó y me enamoró, aquello ahora tan lejano que se me antoja casi un sueño. Diez días de buscar excusas para reír, y cosas en las que pensar para alejarte de mi cabeza, y olvidar cuánto te echaba de menos. He pasado más de una semana autoconvenciéndome de que no mereces la pena, de que todo esto ha sido una especie de espejismo sin sentido, de que una relación con alguien así no me lleva a ninguna parte.

Y he descubierto que todo lo que me aporta tu amistad desaparece cuando pienso en ti como algo más allá, y que esa inestabilidad de tu personalidad que me seduce, me desconcierta y me vuelve loca, es también lo que me está matando por dentro. Es justo esta inestabilidad, esta capacidad tan tuya de cambiar de opinión como de camisa y esa incapacidad para asumir riesgos la me impiden confiar en ti. Y si no confío en ti, ¿de qué me sirve amarte? Sin confianza, mi amor por ti no es más que un amasijo descontrolado de celos y de miedo a perderte, y esa inquietante cara oculta de tus sentimientos que es el hecho de que no me quieras lo suficiente.

¿Cómo puedo saber que no estás aquí ahora contándome todo esto sólo porque las cosas con ella no han ido bien? ¿Quién me va a confirmar que realmente sientes algo más fuerte por mí y que me has echado tanto de menos, si no me veo capaz de confiar en la única persona que lo sabe de verdad? Diez días que no quiero tirar a la basura, no puedo pasar página y seguir luchando por algo que me ahoga cada día un poco más. Y estoy aquí deseando decirte que sí, que yo también te quiero; y no puedo, porque detrás de esta persona a la que amo está el cabrón que ha estado impidiéndome vivir mi vida por miedo a perder algo que no es suyo. Está ese cobarde que no sólo no me gusta, sino al que he llegado a odiar porque irradia egoísmo, inmadurez y cobardía a partes iguales. Ése que puede volver a surgir en cualquier momento, ése que me ha hecho todo el daño que otros me habían evitado hasta ahora, ése al que no puedo ni quiero ver, ése al que no tengo rencor, pero no puedo olvidar.

Para poder arriesgarme a apostar por esto necesitaría empezar de cero, borrar todo lo que ha pasado, olvidar para siempre lo que ocurrió, y estar segura de que todo ha sido un sueño y que no volverá a repetirse nunca más. Pero es imposible, eso es algo que sólo sucede cuando mi cabeza funciona lo suficientemente rápido para engañar a mi cerebro en sueños, y entonces me veo en situaciones como ésta, besándote y arriesgándome a vivirlo, pero es justo en ese momento cuando me despierto y te imagino en Barcelona con ella y me doy cuenta de que ya está bien de pedir imposibles.

No te das cuenta de que estás siendo tú el que te engañas, el que juegas a estimar lo que te falta, porque es entonces cuando lo percibes, pero te equivocas al comparar necesidad o estima con amor. Hemos tenido esta conversación miles de veces, y te lo repito: Tenemos percepciones muy diferentes del significado de amar. Y tu comportamiento no refleja ni de lejos aquello que está incluido en la mía.

Hoy, aquí y ahora, ¿estarías dispuesto a luchar por eso que sientes sin condiciones?
...
Lo has pensado demasiado, no te engañes. Esto no nos lleva a ninguna parte, no tiene sentido seguir dándole vueltas.

Leer más...

lunes, diciembre 08, 2008

Definir el 33 en más de 33 palabras

Hay días y momentos que se quedan grabados en la memoria para siempre. El sábado por la noche recibí el Dragón de oro al mejor uso de la palabra por este Blog (o eso creo que entendí) y aunque debería sentirme profundamente orgullosa por ello, pienso que de todo los sentimientos a flor de piel que tuve, éste fue quizás el menos importante.
Aún tengo una sonrisa de oreja a oreja, unas ganas locas de continuar bailando, abrazando, besando, sacando fotos y diciéndoles a todos esos personajillos que su influencia en mi vida está siendo tan fuerte que probablemente el tiempo nunca pueda borrarla.
Hoy puedo decir que soy feliz, que nadie podrá borrarme la sonrisa y que estás lágrimas, sí, sí, estás que manchan el papel sobre el que escribo, son lágrimas de alegría, de sincera gratitud y de sentirme afortunada por haberlos conocido a todos y cada uno de ustedes.
Hoy puedo decir que el sábado por la noche quería que no amaneciera nunca y por eso mi energía seguía intacta cuando ya todos estábamos comiendo churros, puedo decir, que aún hoy, siento que estoy allí junto a ustedes, comiendo angelotis y solomillo, aplaudiendo, cantando y riendo, y hoy también puedo decir que fue una de esas noches que unen para siempre (incluso a aquellos a los que se echó de menos).
No hace falta que les dé las gracias por el día 6, ni que los felicite porque tengo toda la vida por delante para hacerlo, no hace falta que hoy me esfuerce en darle coherencia y cohesión a este texto porque supongo que con o sin ella los sentimientos vamos a vivirlos igual, no hace falta que intente recordar los momentos vividos porque los tengo grabados a fuego en el corazón.
Me llevo (aunque no me vaya) conmigo la teoría de la Inercia (de la que pienso ser máxima seguidora), me llevo algunos amarillos de los que se quedan, me llevo un par de besos locos en una noche aún más loca y un montón de abrazos sinceros, me llevo un mensaje de espero que estés bien y el accidente no te haya afectado de un móvil que ni siquiera tenía, me llevo la esperanza de compartir redacción con alguien a quien me apetece conocer mejor, me llevo la altura de miras de quien ha sido mi descubrimiento del año, me llevo a Lola que se ha ganado con razones un huequecito en mi corazón, me llevo a las lágrimas menos esperadas desde el otro lado de la mesa, me llevo un agenda llena de citas pendientes para ver películas extrañas (o no) pero siempre subtituladas, me llevo esa cerveza en la noche Blanca y las fotos y risas tras las cámaras de plató, me llevo un par de abrazos robados de esos que llegan muy adentro y el positivismo de una que viajó un domingo conmigo al mundo y ahora se va a recorrerlo, me llevo la vida que surge por todos los poros de la piel y se transmite a bocanadas de sonrisas en llamadas de "¿nos vamos juntas de viaje? Lo tengo todo mirado.", me llevo una visita pendiente a un lugar de Castilla y un par de cafés con risas, me llevo la sinceridad y el buen hacer televisivo de un grande por fuera y por dentro, me llevo la voz de las ondas y me llevo a la maritere que me enseñó que la vida está ahí fuera esperándome y que terminó besando (sin alcohol) a cantautores por los que todas suspirábamos, me llevo los besos que nunca nos dimos, los mensajes de te echo de menos a las tantas de la mañana y los paseos por Madrid escuchándonos decir: yo pienso así, y ya sé que tú todo lo contrario, me los llevo a todos tatuados en la piel para que me cueste mucho olvidar porque no quiero hacerlo.
Un año y dos meses que han dado mucho de sí, un año y dos meses que aún tienen mucho que dar, un año y dos meses que se quedan grabados para siempre, y una semana que se ha convertido en la mejor del año: una beca, la llegada de mis niñas y sentir que todo sigue igual y luego ustedes. Como ya les dije a ellas, si la amistad es de verdad, no importa cuánto tiempo pasemos sin vernos o sin hablar, los encuentros siempre serán como los de este sábado.
Hoy puedo decir que me duelen las mejillas de reír y de sonreír pero no me importa y que ojalá esta sensación de estar flotando dure mucho, mucho.

Leer más...

martes, diciembre 02, 2008

Gotitas de felicidad

Hoy, aquí, ahora, en este segundo, soy feliz.
Y sobran las palabras, porque el silencio también es imprescindible en la literatura.

Leer más...

jueves, noviembre 27, 2008

Afrontar la fragilidad

Soy frágil. Lo sé y lo he sabido siempre, pero ahora soy aún más consciente. Quizás es que también estoy frágil. La eterna diferencia entre ser y estar que tanto dice y que tanto cuesta entender a todo aquel extranjero que estudia español.

Estoy segura. Estoy frágil. Me rozas con una pestaña y me rompo en mil pedacitos, cada uno se va por su lado, se esparcen, se mezclan. Recomponer los trozos es mucho más complicado de lo que parece, si no lo haces bien y hay algo que no cuadra entre las piezas, todo vuelve a desmoronarse continuamente con cada pequeño soplo. A veces en la caída imparable al vacío, los pequeños trocitos vuelven a su forma original pero se traen consigo todo el polvo que encontraron en su camino hacia el suelo, y el polvo se instala dentro, muy muy dentro, en todos esos rincones que tanto nos cuesta limpiar, que tanto nos cuesta alcanzar, y se queda ahí durante mucho tiempo.

Al principio casi no se nota su presencia pero el polvo se acumula y la alergia comienza a hacer acto de presencia bajo la nariz, y el polvo acumulado comienza a afectar también a todos aquellos que están alrededor.

A veces ese simple pestañeo termina siendo el origen de un terremoto que construye y deconstruye mi mundo por momentos, por segundos, eternamente y para siempre.

Estoy frágil, cantas y lloro, pero cuando gritas también lloro y cuando me aconsejas, me enfado y lloro, cuando siento que me pierdo, que desaparezco, entonces también me enfado y lloro, y los amigos me dicen que deje de ver las cosas tristes que hay en el mundo y que comience a cambiarlas por una sonrisa. Pero la fragilidad me impide sonreír, no me quedan fuerzas para caminar descalza a tu lado ni para estirar mis labios y soltar una simple carcajada.

La fragilidad es como una especie de cáncer (curable, pero cáncer al fin y al cabo). Una puede estar frágil en lo laboral, pero la fragilidad se va extendiendo y en algunos casos su fuerza es tal que una termina rompiéndose en mil pedazos con los amigos, con la familia, con el amor, y el tiempo que se invierte en la reconstrucción es tanto que a veces me olvido de pensar en los demás y en cómo afecta mi fragilidad a la relación que tengo con ellos.

Lo malo es que a veces la fragilidad me lleva a tanta reconstrucción continua que termino perdiendo a gente en el proceso y entonces la fragilidad se crece, me arrolla y me vuelve aún más frágil.

Ahora estoy y me siento frágil, espero que me disculpen.

Leer más...

viernes, noviembre 14, 2008

Desnúdate antes de entrar

Creo que yo me lo merezco ¿no? Deja tu ropa sobre el sillón del salón pero cuando entres en mi habitación no traigas nada contigo. No necesito saber cómo vistes ni a qué tribu urbana perteneces para hacerte el amor a fuego lento junto al balcón. Tampoco necesito que te traigas los papeles del trabajo o la corbata de las reuniones para deslizar mis manos sobre tu cuerpo y aspirar tu aliento a bocanadas. No necesito tus zapatos obstaculizando nuestros bailes por la habitación ni el cierre de tu cinturón impidiéndome comerte a dentelladas. No, de eso nada. Yo me merezco mucho más.

Me merezco tus suspiros junto a mi oído, sentir bajo mi piel el tambor incesante de tu respiración y el batir de alas de tu corazón. Necesito descubrir a qué sabe tu piel, saborearte, besarte, lamerte, escurrirme entre tus piernas y quedarme ahí para siempre. Necesito atravesar tu espalda con la yema de mis dedos y dibujar la geografía de nuestro mundo imaginado y de todas las aventuras que aún nos quedan por vivir dentro de esta habitación.

Desnúdate antes de entrar, porque aquí no vale nada de lo aprendido fuera, aquí me vale lo que eres tú, las máscaras olvídalas en la puerta, los miedos olvídalos en la puerta, pero sobre todo olvida el miedo a tus propios deseos. Aquí todo es posible, la palabra no está prohibida y el deseo se apodera de los cuerpos desnudos sin piedad pero con mucha picardía.

Déjame adivinar lo quieres, lo que fantaseas, lo que deseas sin demora, y déjame hacerlo realidad. No me escucharás pedirte que te vayas pero tendrás que estar dispuesto a aceptar sin prejuicios que mis deseos no tienen límites y que hace tiempo que espero que me des, todo aquello que otros no han conseguido darme.

Desnúdate antes de entrar, y olvídate del mundo que nos rodea porque desaparece cuando nuestros cuerpos se funden y el universo se esconde en esta burbuja de placer. Pero sobre todo, desnúdate antes de entrar porque yo tengo intención de hacerlo.

Leer más...

domingo, septiembre 28, 2008

Niños azules

Los niños azules han invadido la ciudad. Sí, probablemente aún no los hayas visto pero están aquí y no tienen ninguna intención de marcharse. A veces nos espían entre la multitud vigilando nuestros movimientos y contando los suspiros que dejamos escapar a nuestro paso.

Los niños azules son seres inmensamente felices, se alimentan de la risa propia y ajena, respiran sonrisas y su única ocupación real es repartir abrazos a diestro y siniestro. Lo de coleccionar suspiros vino mucho después, justo cuando decidieron emigrar y mudarse para instalarse a nuestro alrededor. En su país, una muchedumbre de niños colapsa las calles de la
ciudad con maratones continuos de abrazos y la vida comenzaba a ser un tanto rutinaria.

Los más atrevidos han decidido aventurarse a sobrevivir aquí, a pesar de que las risas escasean y los abrazos no son de nuestra predilección. A menudo se sorprenden de que podamos vivir en un ambiente tan frío, triste, gélido desde su punto de vista.

Ése fue el motivo por el que comenzaron a coleccionar suspiros. Para los niños azules un suspiro vale más que mil palabras pero lleva muchísimo tiempo aprender a identificarlos. Saber diferenciar entre suspiros de resignación y de amor es lo primero que se aprende pero la diferencia entre un suspiro de cansancio y uno de indiferencia es tan mínima que cualquier leve aproximación puede llevar a una terrible confusión.

Sin embargo, el trabajo minucioso y bien hecho es otra de las virtudes de estos pequeños seres que no descansarán hasta que consigan averiguar al primer sonido lo que le ocurre y consecuentemente, lo que necesita cada persona.

Aparentemente, estos niños son iguales a cualquiera de los nuestros pero visten con prendas mayoritariamente azules y se muestran mucho más cariñosos y amables. Si uno de estos días te los cruzas por casualidad, no intentes escabullirte y déjate convencer para que te premien con uno de sus abrazos. Seguro que no te arrepentirás, yo aún continúo con una sonrisa de oreja a oreja.




Leer más...

martes, septiembre 09, 2008

Resquebrajar los sueños

Incidir en lo oscuro de un recuerdo
en el incierto momento del ayer
y resquebrajar los sueños
recuperarlos, venderlos,
entregarlos a manos abiertas al futuro
y vomitar los susurros
que me impidieron continuar.
Soportar el aliento del fracaso
en la marea ingente de mis porqués
y despedazar cerrojos,
asirlos, ganarlos,
guardarlos en aquella caja de pandora
y en las cancelas cerradas
y las mañanas que nunca volverán.
Sonreír a medias en el destierro
donde siempre quise estar
y redimir los anhelos,
libertarlos, rescatarlos,
construirlos en un uno nuevo,
y luchar por ellos
antes de que el invierno haga su entrada.

Leer más...

sábado, agosto 16, 2008

Té con canela

Entonces me bastó con mirarlo a los ojos y saber que se había acabado, que el tedio nos había ganado la partida y los años nos pesaban en el aire y el silencio nos ahogaba con su voz, me bastó llegar aquí y decirle que ya nada podía ser igual, que lo nuestro no tenía solución, y verle llorar, suplicar, más tarde maldecir y hacer maletas y gritarnos mutuamente y un sé que en el fondo me amas, y me voy no quiero ser un estorbo, iré a casa de mi madre, no olvides apagar el gas esta noche y regar las plantas del balcón y dar de comer al gato, que lo nuestro no funciona puedo entenderlo, pero no te dejes comer por la casa que te conozco, cariño, y llámame para cenar algún día y lo hablamos con calma e intentamos afrontarlo como personas adultas y si es lo mejor para ti, puede que lo mejor para los dos, dejémoslo así y probemos a echarnos de menos y mejor seguir con nuestras vidas y empezar de cero que no nos vendrá mal.

Pero luego fue un echar de menos de repente su aliento junto a mi nuca y las velas de la habitación en Padua y el olor de su pelo en las noches de lluvia, recordar los nombres de las plantas del balcón y sus masajes para ojos cansados entre tormentas de caricias, y un no tengo paciencia, quizás de eso también se trata el amor, de aguantar y despertar y evitar la rutina, pero yo no tengo paciencia, y de pasar errores y de seguir queriendo a pesar de todo y con todo, y es que no tengo paciencia y no puedo seguir así toda la vida, mi madre ya lo decía, te vas a quedar sola, no sé soportar los errores del otro o no sé amar de verdad, quizás me esté equivocando y no lo sé, quizás una oportunidad más.

Y fue un verlo bajar con los bultos la escalera y perderle de vista y escuchar el rumor de pasos y escalones y el ruido de la calle al abrir la puerta principal y darme cuenta de que eso no era el final y escapar, y correr y perseguirle en la calle y pedirle que no se fuera y un pero si nosotros nos queremos y un abrazo, y ven que te ayudo, prepárame té con canela que yo no me apaño sola. Luego venir juntos a casa, deshacer maletas y hacernos el amor en el suelo del salón, y poner la música y volver al silencio, y odiar a ratos nuestra rutina, y empezar de nuevo, que esto no tiene sentido, que ya no tengo claro que nos ata, por qué estamos juntos si nos cruzamos y nos saludamos como desconocidos durante el desayuno, que ya han pasado cuatro años, puede que cuatro años con la persona equivocada o la que merezco, pero por qué no acabar con todo, si no fuera por los recuerdos, cenemos juntos, no tengo hambre, no me molestes, estoy trabajando, y respirar el olvido y volver a las noches a solas, y al dormirme en silencio y a oscuras y despertarme con el olor a colonia barata de mujer, y esperar al día siguiente, y dejarme acompañar por la almohada y rellenarla con lágrimas, y saber que se ha acabado, que el tedio nos ha ganado la partida, que los años ya nos pesan en el aire, que no tengo paciencia, y qué desastre, y escuchar la llave en la puerta y unas voces, y hacerme la dormida y tener paciencia y esperar.


Leer más...

viernes, agosto 01, 2008

Días sangrientos

Siento que me muero en la agonía de tus besos y en el silencio subrepticio de tus gemidos que ponen sintonía a nuestros amores sacrílegos. Esos días soy capaz de arrebatarte el azul de tus ojos, cortarlo a pedacitos de cielo y dejarlos para tomármelos con los postres.

Me gusta llamarlos días sangrientos en los que tu presencia me deja sin respiración y decidimos morir juntos, cortándonos las venas a pares e intercambiando nuestros fluidos por jeringuillas limpias.

Son también días de abordaje en los que te conviertes en mi única tierra firme y el loro del capitán se cansa de imitar tus gritos ahogados a medianoche. Secuéstrame bucanero es tu súplica continua mientras me pides que te haga caminar en la tabla que separa estos dos mundos antes de clavarte mi espada y arrojarte al mar.

Tú siempre preferiste los días de magia negra en los que me arrancas el alma a dentelladas y me reduces a tus deseos prohibidos mediante pócimas que transforman mi voluntad y amenazas de juguetear a escondidas con un muñeco que se parece demasiado a mí.

Pero hoy me apetece un día de cadenas y sumisión absoluta en el que puedas tratarme como un perro callejero siempre a tus pies o te declares mi esclava fiel bajo los efectos de la hipnosis y el dolor del látigo.

Permíteme vendarte los ojos y déjate llevar.


Leer más...

jueves, julio 31, 2008

Gravedad

A veces caes. Así sin más.

La cuerda que te sujetaba al techo se desprende y te incita a volar despacio pero de forma imparable desde tu preciosa guarida en dirección al suelo.

A veces caes y no sabes muy bien por qué caes. De repente te sorprendes en el aire, sin suelo bajo tus pies, precipitándote al vacío. Y entonces intentas aferrarte a las paredes para no seguir cayendo, y descubres que te sostienes a ratos, pero la gravedad te empuja irremediablemente hacia abajo.

A veces caes, sin preguntas, sin respuestas, sólo caes. Y rezas en silencio a ese Dios que sabes que no existe para que te deje a mano en algún lugar de la caída, un paracaídas que mitigue el golpe.


Leer más...

martes, julio 15, 2008

Dos veces

Alguien me dijo que cuando algo sucedía una vez no tenía por qué volver a suceder de nuevo, pero que cuando algo sucedía dos veces, ocurriría irremediablemente una tercera.

Ayer me acerqué a escucharlos, mientras decidían cuál era la parada en la que tenían que bajarse, con el simple objetivo de jugar a identificar sus acentos, juego que adopté al regresar de tierras británicas y que se me quedó encallado en la rutina desde entonces.


Identifiqué a la chica y a uno de ellos como italianos, pero el otro acento se me resistía y se escabullía de forma maestra por el alfabeto. Levanté la mirada para completar la descripción con un aspecto físico, una marca cultural, una moda que me permitiera estructurar una identidad extranjera en tierra prohibida.

Pero no pude ir más allá, al mover la cabeza una cuchillada me atravesó el pecho y dos ojos negros como el grafito escribieron su nombre a fuego en mi piel. Ya no recuerdo que pasó después, el tiempo se detuvo durante unos segundos, minutos, quien sabe cuánto tardó el metro en llegar a la próxima parada. Me había quedado atrapada entre el ayer y el hoy, en un segundo de inconsciencia que aprovechó para marcar mi día, quizás mi semana en el calendario de la sinrazón.


Despúes me marché. Me bajé de aquel vagón y creí haberlo soñado todo, creí haber imaginado unos ojos que me miraban y un acento que nunca llegué a identificar.


Hoy me he acercado al Ayuntamiento para resolver unas cuestiones y al contrario de lo que tengo acostumbrado decidí romper con mi rutina e utilizar la guagua para llegar. Allí bajo la marquesina, sentado con la mirada perdida lo encontré a él. No lo busqué, pero simplemente estaba ahí. Aunque quizás el no era consciente de lo que estaba pasando, allí estaba, minutos antes de que la vida comenzara a girar más deprisa.


Intenté evitarlo, intenté evitar que me dejara clavada de nuevo en el sitio o que me arrastrara a un agujero negro sin salida, me coloqué detrás, donde no pudiera verme y le observé coger la guagua, mientras yo esperaba a la amiga que compartiría conmigo los quehaceres de la burocracia.


Entonces, lo recordé "nunca hay dos sin tres", había dicho aquella señora hacía ahora tres años y reí a consciencia, reí sinceramente y de verdad.


Estaba segura de que jamás volvería a verlo y me esforzaba en grabar a fuego el estremecimiento que había causado su ojos sobre mi piel, cuando volví a sentirlo. Levanté de nuevo la mirada y allí estaba él, en la puerta del Ayuntamiento, mirándome, esperando no sé qué bendición del cielo o simplemente dejando la vida (y los números del turno) pasar.


Nunca hay dos sin tres. Al final ella tenía razón, nunca hay dos sin tres, nunca. Ahora, me gustaría volver, allá a su país natal y sacarla de aquella pequeña cama para que me contara lo que sucede con el cuatro. Quizás perdí mi oportunidad al no entablar conversación en la puerta del Ayuntamiento, quizás simplemente no quise reconocer el pánico que me producen ese tipo de situaciones, quizás decidí huir, como siempre, o quizás, sólo quizás puede que nunca haya tres sin cuatro.

Leer más...

lunes, julio 14, 2008

(ninguno)

No me gusta que mi blog respire melancolía.

Así que ahora me enfado, borrón y cuenta nueva.

(Minutos después)

¿Se puede cambiar aquello a lo que huele un blog?

¿Se puede cambiar aquello de lo que respira un blog?


Me voy a tomar unas vacaciones mentales, que ya me hacen falta.

Leer más...

lunes, junio 16, 2008

No somos





Música: Azul por Jonay Armas


-----------------------------------------------------------------------------------------


No somos el aire
no somos el viento
no somos el lugar al que vamos
ni el lugar del que venimos.

No somos el sol
no somos el fuego
no somos ni tu ni yo
ni nada intermedio.

No somos la historia que contamos
ni la vida que no vivimos,
no somos invierno
ni verano,
ni los ojos del que cae,
ni las manos del que llora.

No somos ni más ni menos
ni un silencio ni una voz
ni el deseo ni el amor
ni el cuento ni el odio
ni el dolor
ni el sueño.

No somos desierto
ni escarcha ni tiempo
No somos el segundo del reloj que no tenemos
ni el adiós en un vagón de este metro
ni un te quiero
ni un suspiro
ni el cielo.

No somos ni éste ni aquel
ni el otro
no somos eternos,
volamos descalzos
lloramos sin miedo
no somos ellos
pero mientras,
yo sigo aquí,
yo soy
y estoy viviendo.

Leer más...

viernes, junio 13, 2008

Neurastenia

A veces simplemente no soy yo. Me siento triste, abatida, cansada de todo y de nada. En esos días, cuando el mundo gira alrededor y me siento incapaz de retomar el curso de mis alas, me gustaría poder soñar, pero la neurastenia ni siquiera me permite dormir bien. Ella es así. De repente, aparece se adueña de mi vida, me aprisiona, me encierra y me desarma. Me debilita tanto que ni siquiera el dolor de saber que me he dado por vencida me ayuda a levantar la cabeza.

Son días en los que camino a gatas, intentando disimular torpemente que ni soy así, ni vivo así, ni siento así.La mayor parte de las personas ni siquiera son conscientes de esta enfermedad que me patea las entrañas, así que debe ser que en realidad lo disimulo bien. Estoy segura de que no soy la única,de que somos un pequeño grupo de sinvergüenzas y atolondrados que caminamos a tumbos por la vida, limitando nuestra capacidad de sentir por nuestra capacidad de pensar o reflexionar... Sea lo que sea, no me gusta.

Hace unos días, ella volvió, se revolvía en mi interior, me atrapaba el estómago, me martilleaba la cabeza, me impedía relajarme y soñar, me irritaba y me impedía ser feliz, ser yo. El insomnio me ha perseguido siguiendo sus órdenes y los sueños han huido espantados por el cansancio y la desilusión. En ese momento, cuando la migraña me cuarteaba las sienes y el silencio sonaba en mis oídos como la gota que cae monótona y resuena en medio de la noche, entonces, me di cuenta de lo que la neurastenia había hecho contigo. La pérdida de memoria es inevitable, es una consecuencia más de su efecto en el estado mental de los que lo sufrimos. A lo mejor habría preferido olvidar la fecha de mi cumpleaños o el color de los ojos de mi madre, pero no, el azar ha decidido que haya conseguido olvidar tus susurros al oído o el roce de tu piel. Sé que estuvieron ahí, pero no los recuerdo, lo he intentado y no aparecen en mi mente. Se han esfumado.

Hoy me siento libre. Ella también se ha esfumado. Por fin. Sin más y sin menos. Pero se ha marchado que es lo que importa. Luce el sol. La gente me sonríe por la calle y hoy me han saludado dos personas a las que no conocía de nada (les he devuelto el saludo,claro, una es un poco tonta pero también es una persona educada). Hoy me he permitido soñar despierta. Sonreír a los desconocidos. Escuchar el silencio. Dejar que los rayos de sol acaricien mi rostro. Hoy me he permitido ser yo. Y disfrutar de lo bien que me sienta.

Leer más...

viernes, mayo 30, 2008

Esta no es una historia de aviones...

...pero esta es la historia de un despegue... que no sé a donde me llevará, aunque estoy contenta con el avión que me ha tocado para este vuelo.





...y algún día yo también podré decir que todo empezó aquí.

Leer más...

domingo, mayo 25, 2008

La distancia

La distancia es mucho más que este puñado de kilómetros que existe entre nosotros, la distancia es este enorme silencio que nos separa.
La distancia es un pequeño parásito que recorre nuestro cuerpo poco a poco.
La distancia es el susurro de tu voz a través del teléfono.
La distancia es ver a tu padre adelantar con el coche la guagua en la que viajás.
La distancia es una estación de tren.
La distancia es saber que la otra persona está oficialmente a miles de kilómetros cuando aún se encuentra al otro lado del control del aeropuerto.
La distancia es un agujero negro en el fondo de nuestros corazones.
La distancia es la forma de tu cabeza en la almohada.
La distancia es esperar dos meses a que llegue la edición de este mes y dos años para poder comprar su último disco.
La distancia es una casa al final de una calle estrecha.
La distancia no sos vos, soy yo, rodeada por mi castillo de corazas.
La distancia es sentir que estás a mi lado cuando tus pensamientos están a miles de kilómetros de esta conversación.
La distancia es quedarse sin aquella increíble oferta porque alguien ha pujado un segundo después de ti.
La distancia es una isla pequeña en medio del océano.
La distancia es estar acá y sentirse allá.
La distancia es subjetiva, inmedible, etérea, abstracta. La distancia que me separa de ti es mayor que la que te separa de mí.
La distancia es tener que guardar en un pequeño cajón todos los abrazos que me apetece darte cada día.
La distancia son los segundos de retraso que tienen irremediablemente nuestras palabras a su paso por los cables del teléfono.
La distancia es una pequeña hormiga en medio de un jardín.
La distancia es la pared que separa mis opiniones de las tuyas.
La distancia es mirar a los ojos sin ver.
La distancia es pensar en mí y no en vos.
La distancia es querer hacer un regalo y regalar quince días de retraso y cinco euros de gastos de envío.
La distancia es un vago recuerdo.
La distancia es vivir en un mundo aparte y también pretender conquistar los mundos ajenos.
La distancia es el miedo a repetir un nuevo adiós.
La distancia es no ver más allá de nuestras narices.
La distancia es abrir un álbum de fotos y pensar que fue sólo un sueño.
La distancia es el devenir constante de personas que deambulan por nuestras vidas.

Cuando le de al “enter” cerraré esta ventana de conversación y me habré ido, lo que queda después es la distancia.

Epicentro 1. 10

Leer más...

martes, mayo 13, 2008

L'amour

¿Qué contestas cuando te preguntan que es para ti el amor? Sí, digo para ti porque hace tiempo que comprendí que el amor es definitivamente indefinible, que tiene tantas caras como personas que viven en este mundo o puede que incluso más. Creo que incluso que nuestra forma de amar varía de una a otra persona, creo incluso que a veces dejamos de amar sin saberlo, el amor nos pasa al lado y no lo reconocemos, el amor se nos escapa entre los dedos de las manos como la arena.

Ayer me preguntaron que era para mí el amor y respondí con un texto que escribí aquí hace casi un año.

Hoy quiero rescatarlo porque aunque en su momento no fue para mí más que una definición, una forma de ver en la distancia, de comprender lo que era amar, muchos lo interpretaron como si estuviera relatando alguna vivencia mía, y me felicitaron por estar sintiendo todo eso.
Entonces, descubrí que en el fondo, aunque tengamos una visión distinta del amor, es fácil entender qué es amor para aquellos a los que tenemos cerca.

pd. A veces toca vena cursi, y cuando una no puede luchar contra ella, más vale competir en el mismo bando.

Leer más...

sábado, abril 19, 2008

Eye in the sky

Siempre pensé que mi única forma de comunicación real era la escritura, pero ultimamente he comenzado a explorar otros canales y hacía tiempo que quería compartir algo desde mi blog.
Lo que he traido hoy es Eye in the Sky, en la versión de Noa, cantado por mí, y la música que suena está interpretada por Jonay Armas.
Espero que les guste.

Leer más...

jueves, abril 17, 2008

El padre del Efecto Mariposa


Hace dos años y 17 días, las palabras aparecieron por primera vez aquí. Aún tardó poco más de un año en incorporarse la mariposa a mi viaje pero el caos ya reinaba desde hace tiempo en este pequeño huequecillo del ciberespacio.
La frase que da nombre a este blog no está elegida aleatoriamente. Aún hoy -y espero que durante mucho tiempo más- sigo teniendo confianza ciega en la denominada Teoría del Caos que Edward Lorenz demostró hace 36 años, aún hoy creo que mi mundo está profundamente condicionado por los aleteos que pequeñas mariposas dan en el otro lado del planeta, incluso mi ciudad actual y todos aquellos que me rodean aquí, jamás habrían estado en mi vida si ciertas mariposillas no hubiesen actuado en mi vida o en la vida de otros...

Hoy, el hombre que demostró que ciertos sistemas tenían claros límites de predicción ha fallecido hoy a sus 90 años en su residencia de Cambridge, pero, por suerte, su Teoría del Caos, se queda con nosotros, al igual que su inconfundible mirada.
Sólo una persona capaz de mirar con los ojos de un niño, capaz de seguir sorprendiéndose con todo lo que tiene a su alrededor, sólo un gran observador nato, podría haber descubierto que existe una relación entre las partes de cada sistema, que esa relación es impredecible y que un segundo, un mínimo movimiento o una decisión aparentemente insignificante podían cambiar toda una predicción.

Leer más...

sábado, marzo 29, 2008

El ruido de la vida

Silencio. A mi alrededor nada, conmigo nada, contigo nada. Así comienzan todos mis días y así terminan. El el resto del tiempo que paso alejada de ti es tan odiosamente infinito como la sensación que provoca en mí el echarte de menos cada segundo.

El ruido de la vida se convierte para mí en una intensa tortura que me recoge por la mañana en el lado derecho de tu cama, me pasea por el mundo, me lleva al trabajo y me clava las comisuras de los labios a las mejillas dando forma a esta asquerosa y fingida sonrisa que me acompaña desde que veo el sol.

Me pregunto que pasaría si tuviese la posibilidad de vivir en uno de esos lugares en los que el sol se esconde más de seis meses al año. ¿Podría permanecer en ese silencio cálido, tierno, insaciable que me envuelve, me abraza y me abriga cuando permanezco a tu lado? Probablemente nunca llegaría a disfrutar de esos minutos de silencio desbocado, moriría ahogada por la oscuridad y la sonoridad visible de los rayos solares en los meses diurnos.

Uno de estos días decidiré cambiar mi rutina, escaparme por una rendija y evitar que el ruido de la vida me descubra escapando a tu encuentro. Te prometo que voy a urdir el plan más perfecto, a milimetrar uno a uno todos los pasos y buscaré el momento exacto para correr y refugiarme acurrucada en el lado izquierdo de tu cama. Justo donde el ruido de la vida nunca iría a buscarme, porque sabe bien que no puedo quedarme dormida mirando hacia la izquierda y jamás me permitiría dormir de espaldas a ti por el miedo a que pudieses levantarte de la cama y dejarme allí, a solas con la vida.

Leer más...

domingo, marzo 23, 2008

Hielo

A veces volver es mucho más complicado de lo que parece. Romper con una época en la que la fertilidad creativa es nula o se encuentra bajo mínimos es mucho más dificil que resucitar, revivir, renacer o re-volver. Comprender que no se encuentra bajo mínimos sino que está siendo utilizada para una y mil cosas más es asumir que no somos seres omnipresentes ni omnipotentes, es saber que no se puede estar aquí, vivir allí, crecer aquí, sentir allí, aprender allá y desbordarse acá.

Hoy me siento mucho más yo y menos tú, a veces ocurre al revés, a veces soy mucho más lector que escritor, y otras simplemente creo que no soy, que estas letras se escriben solas, que salen de algo que se encuentra mucho más adentro, mucho más ajeno a todo aquello que soy y que no soy, a todo aquello que siento y que no siento, a todo aquello que me define y todo aquello que no.

A veces me siento completa sin esto, a veces su falta me desquebraja el alma y me araña las heridas ya cicatrizadas, a veces necesito que seamos dos para sentirme una, saber que sigues ahí para seguir aquí, para volver aquí, para sentir también aquí.

Ahora redescubro mis letras en los rincones de este mundo, en las calles por las que paseo o las paradas de metro en las que espero a la vida, pero me siento incapaz de venir aquí y contártelo.

Quizás porque centro mi imaginación en conseguir desperezarme; en despertar ese mundo interior que llevo escondido dentro, muy dentro; en intentar olvidar todo el dolor y mostrarme como soy, como siento, en volver a ser yo, en creer en ser yo, en VIVIR y SENTIR, así en mayúscula y en negrita, pero volver a ser yo completa, yo sincera, yo contigo y yo sin ti; en perder el miedo y amar a ciegas y en permitirme chocar de nuevo contra esta pared que representa la hoja en blanco manchada por las letras de una luchar por escribir para no dejar de escribir.

Y sobre todo para no dejar de sentir, para no entumecer de nuevo todos los músculos y convertirme tantos años después en esa estatua de hielo que nunca quise ser...pero fui.

Leer más...

viernes, febrero 22, 2008

Otros como yo...

"(…) Una vez oí decir a una famosa escritora afroamericana que desde niña se había sentido extraña en su familia y en su pueblo; agregó que eso experimentan casi todos los escritores, aunque nunca se muevan de su ciudad natal. Es condición inherente a este trabajo, aseguró; sin el desasosiego de sentirse diferente no habría necesidad de escribir. La escritura, al fin y al cabo, es un intento de comprender las circunstancias propias y aclarar la confusión de la existencia, inquietudes que no atormentan a la gente normal, sólo a los inconformistas crónicos, muchos de los cuales terminan convertidos en escritores después de haber fracasado en otros oficios. Esta teoría me quitó un peso de encima: no soy un monstruo, hay otros como yo."

Isabel Allende. Mi país inventado.

Leer más...

lunes, febrero 18, 2008

Re - volver

A veces renacer no significa sólo volver a nacer. Algunas veces significa también nacer por dentro.

Otras veces renovar no significa sólo volver a poner nuevo o tirar lo viejo y cambiarlo por nuevo. Algunas veces renovar significa también limpiar por dentro, deshojar las páginas vacías de un diario que se envejece por el deshuso y evitar el óxido en aquellos rincones de nuestro yo más interno. Significa contar las horas realmente vividas y reconocer que siguen siendo "demasiado pocas", valga la incorrección gramatical y valga la exageración incoherente, y salir a la calle a vivir o quedarse en casa y vivir o esconderse bajo tus sábanas y vivir, así a oscuras, así sin miedo, así vivir.

También sucede que recrear no significa sólo volver a crear, y sucede que a veces significa imaginar o vivir por dentro, suceder en silencio, visitar nuestro imaginario y despertar sin sueño, caminar descalzos en nuestras visitas a mundos nuevos. Incluso en algunos momentos se relaciona con el deleite o la alegría consentida, la diversión sana y la seguridad de la felicidad compartida.


Revivir en cambio sólo significa volver a la vida si estamos muertos o cuasimuertos, estancados en comas profundos o ahogados en aguas dulces o saladas -todo puede ser-. Pero si, como es nuestro caso, retozamos en esta vida, caminamos en este mundo y recorremos a paso a veces rápido y a veces lento la senda que el destino nos anuncia, revivir puede de repente convertirse en un renovar eterno o en un recrear sincero o un contínuo de interminables notas en Re menor o en Mi bemol atrapado con su mellizo sostenido.

Entonces recordamos que Recordar viene del latín Re-cordis, o lo que es lo mismo, volver a pasar por el corazón y descubrimos que no cabe en esta retahíla de Res perseguidos ningún verbo tan bonito porque abarca no sólo aquello que ha pasado sino aquello que soñábamos que pasaría.

Leer más...

jueves, enero 17, 2008

(Ninguno)

He muerto (por ahora).

No se preocupen.

Necesitaba unas vacaciones de soma.

Volveré antes del desayuno.


Leer más...

miércoles, enero 09, 2008

Silencio

Necesito escribir a fuego
y soñar en plata
desaparecer en un silencio
y encerrarme en el adiós
[de este destierro.

¿Por que no podrá esta hoja en blanco
apagar el olvido
y escapar de este beso?

¿Somos dos?
¿o estoy yo sola?
Perdida, hundida.
Recogiendo mis pedazos,
imaginando un mar que no existe,
una duda y otro silencio:
el tuyo.



pd. Aún no es tarde: ¡Feliz año!

Leer más...
Son tiempos difíciles para los soñadores...
Creative Commons License

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

Alnitak no se responsabiliza de las opiniones y comentarios vertidos por los usuarios. Cualquier sugerencia será bien recibida.


Ellos me contaron que...

Followers

  ©Template by Dicas Blogger.