Página en blanco
Empezar un cuaderno nuevo siempre da un poco de pánico, como lanzarse al vacío, más o menos. A Victoria siempre le ocurría lo mismo, llenaba páginas, con palabras sin sentido, mientras se veía incapaz de rellenar una sola cara de la primera hoja.
"Sagrada", se llamaba la hoja, pero ni siquiera tenía puesto el nombre, para averiguarlo tenías que preguntarle a la segunda hoja, "Sabelotodo", que era una especie de índice, lleno de tachones y correcciones, como todos los índices hechos a mano, que parecen más un collage improvisado que algo similar a una guía. Y de ahí se saltaba a la tercera, titulada irremediablemente "Caos", por si todo lo anterior no lo había dejado claro aún.
"Caos" era..., bueno, era una hoja, aunque a ratos sólo una página, y algunas veces era página en blanco, pero atrás en negro. Y era también un lienzo donde se mezclaban palabras e imágenes y todos cantaban a una, porque bailar era mucho más triste a pesar del desorden y el sinsentido.
La cuarta hoja se llamaba "En Blanco" y ésta sí que tenía un nombre acorde con su personalidad también blanca, tan en blanco que ni siquiera sabía escribir su nombre.
"Sueños" se llamaba la quinta hoja y allí todo estaba nublado, Victoria escribía con tinta de sopor y lápices de siesta y, a veces, sólo a veces, borraba algunas frases con goma de soñar despierto y líquido de insomnio y ni así funcionaba.
Y lo demás... casi mejor que lo descubras por ti mismo, ¿no?
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