Ser Superwoman no es tan sencillo
Ellas también lloran, a escondidas, aprovechan cuando pasa alguna brisa para hacer creer al mundo que se les ha metido algo en un ojo.
Ellas también necesitan mimos, aunque nunca sean capaces de pedirlos, ni de reconocer que los necesitan.
Ellas también se cansan, estar de guardia 24 horas al día, para cualquier imprevisto que ocurra, cansa, dormir con un ojo abierto y otro cerrado también cansa.
Ellas son capaces de hacer varias cosas a la vez, de estar atentas a cualquier suceso, a la vez pendientes de cómo se encuentran sus amigos, de responder al teléfono, de escuchar la radio, de saber la última hora y consolar a un señor que llora, pero no siempre, 24/7 es demasiado incluso para ellas, pero la gente se mal acostumbra, los errores no se perdonan.
Ellas también sienten, también aman, también sienten cosquilleos, se apasionan, desean, besan, y todo eso sin perder la compostura y sin bajar la guardia.
Ellas también tienen dudas, también se confunden y a veces incluso pierden el norte, en el fondo aunque no lo parezcan también son humanas.
Ellas también ríen, y se comportan como niñas traviesas y juegan, y a veces se emborrachan, y a veces pierden la compostura y bailan desnudas por la calle y pasean agarradas a la mano de alguien por la playa.
Ellas también tienen miedo, a veces incluso mucho miedo, pero jamás lo mostrarán en público, lo impide el código de la profesión, pero a veces en la oscuridad de sus cuartos, antes de irse a dormir, se estremecen porque descubren que es ese miedo lo que hace tambalearse todo su mundo.
Ellas también tienen miedo, a veces incluso mucho miedo, pero jamás lo mostrarán en público, lo impide el código de la profesión, pero a veces en la oscuridad de sus cuartos, antes de irse a dormir, se estremecen porque descubren que es ese miedo lo que hace tambalearse todo su mundo.
Ellas también sueñan despiertas y hablan dormidas, y descubren que son lo suficientemente débiles como para llevar toda la vida intentando ocultarlo al mundo, que son suficientemente sensibles como para que esa fachada pese cada día un poco más sobre sus hombros, pero también saben que la pared está construida a base de golpes y que se necesita un verdadero huracán para tirarla abajo, uno de esos que hace tiempo que no ocurren.
Ellas también sufren por las injusticias, por las burlas, sufren porque no valoran sus capacidades, porque se las tomen a risa, como a muchos otros superhérores antes.
A ellas también se les eriza la piel cuando una mano les roza, cuando sienten un beso que les acaricia el cuello, unos dedos que se aferran a su cintura, también sienten aunque contínuamente intenten ocultarlo.
Pero, lo verdaderamente duro de ser supermujer es aprender a callarse, día tras día, que lo que realmente necesitan es que las necesiten.
4 comentarios:
(pero asiduo)
Mujeres Amélie. Cuidan de todo el mundo pero, ¿quién cuida de ellas?
Yo no lo hubiese definido mejor. :-D
(pero asiduo)
Esta entrada es la demostración de que SÍ que lo hubieses definido mejor :-)
Hola, mega excelente, es como si te hubiera platicado como me siento. Te felicito, un abrazo.
Guadalajara, Jal., México.
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