Seamos sinceros
Mi boca roza la piel bajo tu piel, como esos domingos lluviosos, como esos sábados de sabor a cine y a roscas* y a citas de adolescentes. Es la piel que queda cuando nos destapamos las sonrisas, cuando el agua de la lluvia se lleva los miedos, las máscaras, el sueño, cuando se lleva lo que no somos y lo que volvimos a ser tras nuestro último encuentro. Es la piel que se guardó los sueños y los enterró a conciencia, bajo las terminaciones nerviosas que marcaron nuestras conversaciones, bajo ese sí y ese no, y ese beso robado al aire. Es la piel que se quedó bajo la espuma, bajo las velas, bajo todos los barcos capitaneados por Garfio y los milllones de lagos que colorean Canadá de azul, de violeta, de mango. ¿Y puede el mango robarle el sabor a un plato de pollo al curry? ¿Puede la vida cambiar tanto con dos suspiros, uno tuyo y otro mío? Seamos sinceros, necesito dos tonterías, compañía y abrazos, como el resto de los mortales.
*En Gran Canaria se llama así a las palomitas de maíz.
*En Gran Canaria se llama así a las palomitas de maíz.
3 comentarios:
¡Has vuelto! Me he dado cuenta siguiendo el rastro de piel muerta hasta aquí.
"¿Puede el mango robarle el sabor a un plato de pollo al curry?". Seamos sinceras, esta frase es genial. Y el post también. Cómo puedes mantener siempre este ritmo, me pregunto yo.
Besos!
Lamentablemente no puedo, Yaiza, quizás por eso llegan tantas épocas de vacío, de falta de inspiración, pero estoy de vuelta, no puedo prometer que para siempre, pero estoy de vuelta.
Gracias por estar siempre ahí, al pie del cañón, a los dos.
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