Bésame
Agosto 2002.Fue entonces cuando ella creyendo conocer por primera vez el amor, escribió estas palabras, escuchó esa canción y suplicó a gritos que la besara. "Bésame, mírame a los ojos y bésame", no necesitaba nada más.
Han pasado cuatro años, y ella ha dejado de suplicar, ha dejado de creer en el poder de los besos, ha dejado de confiar en ellos, incluso ha dejado de desearlos. Ha intentado en vano explicar lo que se siente, pero no lo recuerda.
Ha buscado a gritos un momento que recordar, una voz que gritara en susurros "Bésame", pero no ha encontrado nada. Y se ha puesto a divagar ante el papel en blanco, se ha puesto a soñar y se ha olvidado de besar de nuevo.
Ha olvidado que no existen palabras para pedir un beso, que los besos no se piden, se dan, que los besos se piden con miradas y se escriben con momentos, que los besos se sueñan y se viven con igual intensidad. Ha olvidado lo que significa “bésame” porque jamás lo escuchó de nadie, ha olvidado lo que significan los besos, porque jamás le pidieron uno y jamás los pidió.
Ha olvidado por olvidar, porque en realidad nunca recordó el olvido más que ahora.
Han pasado cuatro años, y ella ha dejado de suplicar, ha dejado de creer en el poder de los besos, ha dejado de confiar en ellos, incluso ha dejado de desearlos. Ha intentado en vano explicar lo que se siente, pero no lo recuerda.
Ha buscado a gritos un momento que recordar, una voz que gritara en susurros "Bésame", pero no ha encontrado nada. Y se ha puesto a divagar ante el papel en blanco, se ha puesto a soñar y se ha olvidado de besar de nuevo.
Ha olvidado que no existen palabras para pedir un beso, que los besos no se piden, se dan, que los besos se piden con miradas y se escriben con momentos, que los besos se sueñan y se viven con igual intensidad. Ha olvidado lo que significa “bésame” porque jamás lo escuchó de nadie, ha olvidado lo que significan los besos, porque jamás le pidieron uno y jamás los pidió.
Ha olvidado por olvidar, porque en realidad nunca recordó el olvido más que ahora.