Instantes que merece la pena vivir
1.30 de la mañana.
Último metro.
Lo escucho llegar cuando aún no he terminado de bajar las escaleras mecánicas.
Decido correr, no tengo otra opción.
Al final de la escalera escucho el pitido que me anuncia que el tren se marcha.
Corro, corro más de lo que me permiten las sandalias que llevo puestas.
En el último segundo entro en el vagón de metro.
Allí una chica suspira y luego sonríe.
Me dice "uff, menos mal que has llegado, me alegro" y me lo dice con los ojos, mientras sonríe.
Sonrío, y la sonrisa ya no desaparece de mi boca.
Salgo a la calle y me preguntan por una dirección: Siga todo recto y luego al final de la calle gire a la izquierda.
"Mil gracias", y me lo dicen unos ojos oscuros, alegres.
El chico era bastante guapo, y sonríe y el tiempo se detiene durante un instante.
Delante de mí camina una pareja mayor y escucho su conversación.
No entiendo nada: se ríen, hablan de errores, de una llamada de teléfono, un "vamos de camino en el metro", y un "¿por qué has dicho eso? y más risas, y muchas más risas, y dos manos que se entrelazan.
No lo entiendo, es entrañable, como diría cierto amigo, es infinitamente entrañable.
Sonrío, si es que es posible sonreír más cuando ya se está sonriendo.
Sonrío y me doy cuenta de que se necesita tan poco para ser feliz.
Tan poco.
Último metro.
Lo escucho llegar cuando aún no he terminado de bajar las escaleras mecánicas.
Decido correr, no tengo otra opción.
Al final de la escalera escucho el pitido que me anuncia que el tren se marcha.
Corro, corro más de lo que me permiten las sandalias que llevo puestas.
En el último segundo entro en el vagón de metro.
Allí una chica suspira y luego sonríe.
Me dice "uff, menos mal que has llegado, me alegro" y me lo dice con los ojos, mientras sonríe.
Sonrío, y la sonrisa ya no desaparece de mi boca.
Salgo a la calle y me preguntan por una dirección: Siga todo recto y luego al final de la calle gire a la izquierda.
"Mil gracias", y me lo dicen unos ojos oscuros, alegres.
El chico era bastante guapo, y sonríe y el tiempo se detiene durante un instante.
Delante de mí camina una pareja mayor y escucho su conversación.
No entiendo nada: se ríen, hablan de errores, de una llamada de teléfono, un "vamos de camino en el metro", y un "¿por qué has dicho eso? y más risas, y muchas más risas, y dos manos que se entrelazan.
No lo entiendo, es entrañable, como diría cierto amigo, es infinitamente entrañable.
Sonrío, si es que es posible sonreír más cuando ya se está sonriendo.
Sonrío y me doy cuenta de que se necesita tan poco para ser feliz.
Tan poco.
13 comentarios:
hola
¡Que bonito!
que bonita es la sonrisa y el amor
un saludo
Y tan poco... Me gusta. Agarra fuerte esos momentos!
No debe ser mucho o poco. Debe ser lo necesario.
De nada sirve el mejor motor del mundo si uno necesita, simplemente, un tornillo. Muy poco, verdad?
Qué frase tan rotunda, darkblue. Si me lo permites te la cojo prestada.
Un beso!
Es verdad, seguro que era muy entrañable...A mí también me habría dado por pensar eso y a lo mejor escribir un post, con la chica que se alegró que cogieses el metro, la pareja y el chico...Es verdad que se necesira poco para ser feliz, al menos, a ratos.
Besos :)
Por supuesto Yaiza. La frase es toda tuya.
tan poco...
(me ha encantado)
Besos, chica-estrella
Mis mejores días son los que se escriben así. A momentitos de sonrisas compartidas en el anonimato.
Gracias. Ya he hecho buen uso de ella.
Pinté un cuadro que se llamó 'Alnilak, Alnitak y Mintaka'
al fin conozco alguien que usa estos nombres...
¿Te lo puedo dedicar?
Soy casado, un pibe. Vivo en Reta, provincia de Buenos Aires, Argentina.-
Querida amiga, el próximo viernes 2 de octubre haré un breve comentario sobre tu blog en el Blog literario Asamblea de palabras para que nuestros lectores y lectoras se acerquen a conocer tu versos.
Un saludo.
le diste forma a tu caos, le pintaste bigotes a la felicidad...
siempre certera...
Ja! Me ha encantado!
Me ha venido a la mente la escena de Amelié en la que guia al ciego por la calle y le describe todo detalle a detalle, y tan bien que, el señor lo siente en sus propias carnes.
Lo dicho, me ha encantado :)
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