A veces dudo...
A veces dudo de tu presencia, de que me tengas en cuenta, y entonces se me abre la herida que me deja tu partida.
Es el estribillo de una canción, es la banda sonora de una película y posiblemente la banda sonora de muchas vidas. Quizás debería buscar una forma más sencilla, más propia, más mía, de decirte lo que siento, pero siempre supieron los demás describir mejor mis sentimientos que yo misma.
A veces me entretengo dibujando historias que no pasarán, y leyendo la sipnosis de alguna película que ni siquiera llegará a grabarse, pero en el fondo sólo intento dispersar mis pensamientos para no recordar que te echo de menos.
Ya ves, no me sobran las palabras, cuando se trata de explicar cómo me siento se crea un nudo en mi interior que me colapsa y me desespera, y me quedo aquí sentada, delante de esta hoja en blanco sin saber qué decir.
Y me dedico a dar vueltas sin sentido, a dar vueltas alrededor de mí misma, de mi mundo, a dar vueltas alredededor de la nada, de este papel vacío y de un sinfín de historias sin final.
A veces creo que te invento para poder seguir viviendo aunque sea una quimera.
[La canción me ayuda a continuar sintiendo, antes de que vuelva a perderme por las ramas.]
A veces tengo la sensación de que no estás, de que vives en un mundo paralelo que sólo se cruza con el mío en momentos concretos y que sólo nos permite compartir un par de segundos de su tiempo.
Pero sé que estás ahí, sé que eres real, y cuando vuelvo en mí y soy consciente, entonces no entiendo nada, entonces me cuestiono, y te cuestiono. No quiero convertirme en una obligación más, en una cita obligada cada dos meses por prescripción médica o propia o qué se yo. ¿Qué fue de la espontaneidad? ¿Qué fue de la risa? ¿Qué fue de la vida?
Me gustaría que realmente nos viésemos porque quieres verme, que me beses sólo cuando te mueras de ganas por hacerlo, que me descubras junto a ti sólo cuando me sueñes, y que quieras estrujarme porque realmente necesitas lo que te aportan mis abrazos.
Si no, nada tiene sentido. Quiero dejar de ser una obligación, prefiero ser entonces una amiga con la que tomas un café los domingos por la tarde, dos besos en la mejilla y un a ver cuando quedamos como despedida. Es mucho más sencillo, más verdadero y mucho más sano.
Mientras tanto, estaré por aquí, acumulando películas y libros para completar mi ración semanal de endorfinas y sintiendo, intentando sentir de verdad, intentando sentir la vida.
Y me peleo porque dicen que el que algo quiere algo le cuesta, y ese fantasma no me deja y yo me canso de luchar.
Es el estribillo de una canción, es la banda sonora de una película y posiblemente la banda sonora de muchas vidas. Quizás debería buscar una forma más sencilla, más propia, más mía, de decirte lo que siento, pero siempre supieron los demás describir mejor mis sentimientos que yo misma.
A veces me entretengo dibujando historias que no pasarán, y leyendo la sipnosis de alguna película que ni siquiera llegará a grabarse, pero en el fondo sólo intento dispersar mis pensamientos para no recordar que te echo de menos.
Ya ves, no me sobran las palabras, cuando se trata de explicar cómo me siento se crea un nudo en mi interior que me colapsa y me desespera, y me quedo aquí sentada, delante de esta hoja en blanco sin saber qué decir.
Y me dedico a dar vueltas sin sentido, a dar vueltas alrededor de mí misma, de mi mundo, a dar vueltas alredededor de la nada, de este papel vacío y de un sinfín de historias sin final.
A veces creo que te invento para poder seguir viviendo aunque sea una quimera.
[La canción me ayuda a continuar sintiendo, antes de que vuelva a perderme por las ramas.]
A veces tengo la sensación de que no estás, de que vives en un mundo paralelo que sólo se cruza con el mío en momentos concretos y que sólo nos permite compartir un par de segundos de su tiempo.
Pero sé que estás ahí, sé que eres real, y cuando vuelvo en mí y soy consciente, entonces no entiendo nada, entonces me cuestiono, y te cuestiono. No quiero convertirme en una obligación más, en una cita obligada cada dos meses por prescripción médica o propia o qué se yo. ¿Qué fue de la espontaneidad? ¿Qué fue de la risa? ¿Qué fue de la vida?
Me gustaría que realmente nos viésemos porque quieres verme, que me beses sólo cuando te mueras de ganas por hacerlo, que me descubras junto a ti sólo cuando me sueñes, y que quieras estrujarme porque realmente necesitas lo que te aportan mis abrazos.
Si no, nada tiene sentido. Quiero dejar de ser una obligación, prefiero ser entonces una amiga con la que tomas un café los domingos por la tarde, dos besos en la mejilla y un a ver cuando quedamos como despedida. Es mucho más sencillo, más verdadero y mucho más sano.
Mientras tanto, estaré por aquí, acumulando películas y libros para completar mi ración semanal de endorfinas y sintiendo, intentando sentir de verdad, intentando sentir la vida.
Y me peleo porque dicen que el que algo quiere algo le cuesta, y ese fantasma no me deja y yo me canso de luchar.
*Canción Imaginarte de Alba Gárate (LANTANA), parte de la banda sonora original de AzulOscuroCasiNegro, nominada a los Premios Goya 2007 como Mejor Canción Original