domingo, noviembre 26, 2006
martes, noviembre 14, 2006
A veces todo lo que necesitas es un abrazo
Siempre he sido partidaria de los abrazos. Soy una abrazadora de nacimiento, debo llevarlo en los genes. Siempre he pensado que un abrazo vale más que mil palabras, que un abrazo vale más que mil imágenes, que un abrazo vale más y punto.
Cuando me preguntan por qué son tan importantes para mí me cuesta contestar. Suelo decir que es por la transmisión inherente de energía que se produce, pero no es sólo eso. Un abrazo en un momento malo significa poder repartir/dividir la energía negativa, en un momento bueno, significa poder compartirla. Me preguntan qué ocurre si la energía negativa se comparte y no se reparte, y siempre contesto que eso nunca ocurre, no sé por qué, pero nunca ocurre. Supongo que será una de las funciones intrínsecas de los abrazos…
Un abrazo sirve para felicitar, para consolar, para desahogarse, para transmitir una buena noticia, sirve para llorar, para reír, para amar, para desestresarse, para vivir… Dicen los expertos que se necesitan 8 abrazos al día para crecer, se dice por ahí que hay niños que han pasado sus primeros meses de vida sin ningún tipo de contacto humano y han terminado muriendo. Necesitamos los abrazos para vivir, y yo debo ser adicta porque los necesito continuamente.
También es verdad que en mí nacen solos, que de repente abrazo a la gente casi sin pensarlo, que me acerco a mis amigos por detrás y les sorprendo con un abrazo, que me basta un abrazo para saber cómo se encuentra la otra persona, que me basta un abrazo para hacerla sonreir –al menos un poquito-.
Por todo eso no he podido evitar unirme a este movimiento. ¿Veis la imagen que he puesto en mi blog? Viene de la web Abrazos gratis y que es el centro español de un movimiento que está expandiendose por el mundo. ¿En qué consiste? En dar abrazos gratis. Sólo eso, se trata de abrazar a la gente, de abrazar, de conseguir alegrarle el día a las personas, de crecer, de transmitir todo el buen rollo que implica estar abrazando continuamente, y de repartir energía negativa, de desestresar. De todo eso va.
Juan Mann (por semejanza fonética con One Man) es un australiano que ha inventado el movimiento que ha comenzado a copiarse en España de la mano de Joan Planas el autor del corto Con ánimo de lucro, donde incluye esta iniciativa. En este vídeo se puede ver a Juan Mann en una de sus actividades en la calle.
Yo me he apuntado sin duda ¿Y tú? ¿Te animas a dar abrazos?
Un abrazo sincero y gigante para todos ustedes.
Pd. Gracias al blog de Seoman que me ha descubierto esta iniciativa.
jueves, noviembre 02, 2006
Un gusano
Y sin embargo, reiniciar continuamente no sirve para nada, no se olvida, porque no da tiempo a olvidar, se recuerda porque no da tiempo a no recordar, el cuerpo se cansa, la mente se oxida, la impotencia y la imposibilidad de parar el proceso me pudren por dentro, resecando mis ideas y aplastando mis sueños. Reiniciar continuamente es gritar continuamente, gritar a pesar de no tener aliento, ni fuerzas, gritar a pesar de haberse quedado sin voz, simplemente gritar sin fin. Un gusano, un gusano que es el culpable de todo y el culpable de nada.
Parece simple deshacerse de él, al fin y al cabo es sólo un gusano, pero no me deja tiempo. Cuando por fin creo que voy a acabar con él, me reinicia de nuevo. Y es que no me queda tiempo ni siquiera para pasarle el antivirus. No hay tiempo, sólo reiniciar y reiniciar sin parar. Eliminar todo y comenzar la instalación por el principio tampoco funciona, ya lo he probado. Empezar de cero así, sin más, continuamente y sin descanso, pero todo esto comienza a ser insoportable para mí.
He tomado una decisión, una decisión que va a condicionar todo lo que conozco de mí, una decisión que acabara conmigo, pero una decisión, la única decisión que puede vencerle. Voy apagarme completamente.