domingo, julio 30, 2006

Para DarkBlue7

Sé que quizás debería haberte pedido permiso, quizás debería haberte preguntado antes de usarlo, quizás... pero este mundo (el ciberespacio) es a la vez tan cercano y tan impersonal que no sé dónde quedan los límites de lo propio o de lo nuestro.
Como siempre, me encuentro embarcada en proyectos de éstos míos, y lo sé, debería hacer más uso de mi imaginación en estos casos, pero no he podido evitarlo. La imagen que describiste, la imagen ante el espejo, la imagen de insatisfacción ante el espejo, me parecía tan expresiva y decía tantas cosas que no pude evitar usarla.
Nadie lo verá nunca, sólo unos pocos lo leerán alguna vez, y posiblemente la historia, como quedó al final configurada, no tendrá ni mucho ni poco que ver con la que intentabas contar, pero esa imagen es tuya, y será siempre tuya.
Por ello sentía necesario dedicarte un hueco aquí, un agradecimiento por esa imagen, como homenaje porque ella fue la semilla que hizo nacer esa historia en mi cabeza, y quizás como disculpa por haber utilizado algo que probablemente no te haga sentir bien.
Gracias

Leer más...

Tan real como la vida que llevamos

"Y se corría a ochenta kilómetros por hora hacia las luces que crecían poco a poco, sin que ya se supiera bien por qué tanto apuro, por qué esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia adelante."

La autopista del Sur, Julio Cortázar

Leer más...

martes, julio 25, 2006

La historia se escribe en hojas desordenadas

A. tenía esta frase como nombre y desde el momento en que la leí me dí cuenta de que tenía y tiene razón.
Hay cosas que no sabes que han pasado hasta mucho tiempo después, y en tu historia se escriben después aunque hayan sucedido mucho antes en la historia de otras personas.
Hay situaciones que nunca llegan a pasar, se sueñan, se imaginan y en cierta forma se viven pero no ocurren nunca, aunque queden escritas en nuestra historia para siempre.
A veces escribimos algo en nuestra historia y con el tiempo descubrimos que no fue así como realmente sucedió, descubrimos que nuestra subjetividad nos impidió ver lo que ocurrió en la realidad, y al descubrirlo nos vemos obligados a reescribir nuestra historia.
Pero la historia no se puede reescribir. Las páginas, como los días, pasan y sólo nos queda el recurso de poner lo escrito como condicional y escribir nuestra verdadera historia en páginas desordenadas.

Leer más...

domingo, julio 23, 2006

Transición

Hoy comienza un viaje nuevo. No sé a dónde me llevará, sólo sé que hoy me toca cambiar de andén. Me subiré a un tren sólo como transición en mi búsqueda, que me llevará tal vez a otro andén o tal vez me devuelva de nuevo a éste. No lo sé. El banco esta vacío, me llevo una maleta llena de recuerdos, de personitas, de sueños, de duendes.
Hoy me toca cambiar de andén, esperemos que llegue bien a mi nuevo andén, y sobre todo recemos para que desde este nuevo andén parta el tren al que llevo tiempo esperando.

pd. Mientras, quizás al estar viajando tenga menos tiempo para pasearme por aquí a saludarlos, pero espero poder seguir haciéndolo a menudo.

Leer más...

martes, julio 18, 2006

Entropía 2

Con el fin de aumentar definitivamente el nivel de entropía de mi caos, y sobre todo por el gran número de microestados que han surgido ante las dudas sobre el significado de Entropía, y el verdadero origen de la entrada. He decidido incorporar una nota al pie a modo de explicación. Se perderá en cierta medida la espontaneidad de la propuesta, pero evitaré de este modo que la entropía siga creciendo a pasos agigantados.
Para comprenderlo todo: Entropía

Leer más...

lunes, julio 17, 2006

Hoy no

Te despiertas un lunes cualquiera de un mes cualquiera. Te despides de A. antes de salir. Ella sí se va de vacaciones. Tienes problemas para llegar al trabajo, las puertas del metro no se abren y los trenes pasan. Una vez en la oficina te pasas horas rellenando datos delante de un ordenador, ni siquiera te apetece leer tus correos. Hoy no.
Casi no le diriges la palabra a tu compañera y te sorprendes a tí misma. No te apetece hablar, ¿tan malo es? Vuelves a casa, pero te sientes extraña, te encanta hablar, lo necesitas, ¿qué ocurre hoy?
R. te llama al móvil, estás deseando hablar con él, hace más de un mes que no sabes nada y por la fecha y la hora en la que llama, deben ser buenas noticias. Sin embargo, miras durante unos minutos su nombre en la pantalla, lo piensas, le quitas el sonido para no molestar a los demás, lo piensas, sí, no, sí, no, ... no. Decides no cogerlo, simplemente no te apetece hablar. Hoy no.
Cuando bajas en tu parada, recuerdas que tu nevera y tu cocina están vacías y haces una excursión sin ganas al supermercado. Te deslizas por los pasillos, miras a todos lados, ¿qué te apetece comer? Nada, no te apetece nada, pero hay que comer. Y te paseas extasiada por los pasillos: las pastas, arroz, verdura, embutidos, carne, pescado, bebidas... Todo en tu cabeza comienza a ir mucho más despacio, a cámara lenta y vuelves a preguntarte: ¿qué quieres comer hoy? Suena Ben Harper entre las estanterías y la escena se ralentiza aún más. Decides darte un capricho, decides recorrer el supermercado en busca de algo que no comprarías, algo que no va a sentarte bien, sólo por capricho. Y lo encuentras...
Decides dedicar la tarde a ir de compras, nunca lo haces, tampoco callas nunca y hoy lo has hecho, pero desperdicias más de dos horas probándote ropa, volviendo locas a las dependientes y desistes. Ir de compras no es lo tuyo y te vas a pasear sola, a respirar, a sentir...
L. te llama, supongo que querrá tomar un café, miras su nombre en la pantalla, lo silencias, disfrutas por una vez en tu vida viéndolo sonar y dejar de hacerlo, no te apetece hablar. Hoy no.
Ocultas tu número, marcas el suyo, descuelga y habla, pero no contestas, sólo necesitabas oir su voz al otro lado del teléfono, escucharle hablar, escucharle al menos, cuelgas, no te apetece hablar.Hoy no.
Y piensas en todas esas cosas que nunca has hecho, en todos esos silencios que no has escuchado, en todas esas veces que no has tenido tiempo de vivir o de escuchar, preocupada en hablar constantemente, en llenar silencios, en evitar silencios.
Y te das cuenta de que estás hablándote en segunda persona y que puede que el atracón de 4 películas y un libro de Coixet de este fin de semana puedan estar comenzando a afectarte profundamente, llenando tu vida de silencios.
Necesitas hablar ya, por eso estás escribiendo este diálogo contigo misma.


Leer más...

sábado, julio 15, 2006

En el Andén

Estoy de nuevo sola aquí. Sentada en el andén, echándote de menos, echándole de menos, viéndola entre la multitud, recordando lo vivido con todos, diciendo adiós a un nuevo tren, viendo llegar a gente en los trenes que se acercan, y preguntándome cuándo y dónde está el tren que espero. Llevo casi cuatro años sentada en este andén, he conocido a muchas personas que se han sentado junto a mí en este banco mientras esperaban a sus respectivos trenes. Algunas incluso han terminado sentadas en otros andenes, de vez en cuando me llaman y me cuentan que tal van las cosas en esos andenes de estaciones diferentes, de estaciones paralelas, de estaciones con otros trenes que se mueven en otras direcciones. Otros se han marchado en sus trenes y se dirigen ya irremediablemente hacia sus respectivos destinos, y yo les echo de menos, les echo de menos cada día, cada hora, con cada paseo por esta estación, por este andén, por esta vida.
Y me he descubierto despidiéndome de gente que ni siquiera está aquí conmigo, de gente que espera en otros andenes a sus trenes, de gente que un día decide en ese andén del otro lado del mundo coger un tren, de gente que un día decide en ese otro lado del mundo cambiar de andén, de gente que desiste y decide coger un tren con alguien que se ha sentado a su lado en ese otro banco de otra estación.
Y yo estoy de nuevo sola aquí. Sentada en este andén, decidiendo que tren coger, y me doy cuenta de que mi tren aún no ha llegado, que aún le queda como mínimo un año para que llegue y yo estoy de nuevo sola aquí. Y me canso, me canso de despedirme, de reforzar lazos con las personas que se sientan a mi lado para luego despedirme de ellas cuando parten sus trenes. Me canso de echar de menos, de vivir echando de menos, de llegar a extrañar a las personas cuando aún están aquí. Me canso de darme a conocer, de mostrarme como soy, de dejarme querer, cada vez me cuesta más ser yo misma porque vivo en un andén, y no puedo construir aquí mi casa.
Puedo decorar el banco para sentirme menos sola, pero serán sólo fotos y recuerdos de personas en el andén, y ahora necesito un compartimento, necesito que llegue pronto mi tren.
Mientras, por si decides hacer alguna parada en tu viaje, yo estaré aquí, sentada en el andén.

Leer más...

jueves, julio 13, 2006

Entropía

He entrado aquí y me he dado cuenta de que todo está muy desordenado. He encontrado palabras sueltas por el ciberespacio, he visto alguna imagen dando vueltas sin sentido entre las entradas, deteniéndose a ratitos sobre los títulos y buceando entre los girasoles. Y me he preguntado hasta dónde ha llegado el nivel de entropía (1) de mi caos. Sin darme cuenta se ha disparado hasta niveles desproporcionados dádonle a mi desorden un aspecto mucho más caótico si cabe.
Me he preguntado qué ha hecho crecer el nivel de entropía, y he descubierto que cada estado que incorporo, cada cosa que incluyo hace dispararse los niveles de entropía. Esto ocurre porque cada entrada, cada palabra, cada espacio, cada estado podía haber sido otro estado, otra palabra, otra letra, y cada pequeña cosa que incluyo podía haber sido cientos de miles de cosas más. La entropía se mide con el conjunto de todas las posibles cosas que hubiera podido incluir, como todos los posibles estados en que puede estar mi blog, así que me temo que va a seguir creciendo a paso agigantados.
Y además es irreversible, aunque coloque las palabras en su estado correcto, es irreversible, porque siempre cabrá la posibilidad de que pudieran haber estado en otro estado, que fuera otra palabra, otra letra, otra entrada, y ya no habrá marcha atrás. Incluso cada comentario que hagan a mis entradas será un nuevo microestado, que llevará consigo otros muchos microestados posibles que elevarán la entropía hasta límites insospechados.
Pero la cosa no queda ahí, me he puesto a investigar y he descubierto que la espontaneidad es también un proceso irreversible, es decir, cuando la naturaleza cambia de estado de forma espontánea es porque se mueve a una situación más cómoda, y por ello el cambio es irreversible: ¡yo tampoco desearía cambiar de nuevo mi blog a una situación más incomoda!
Así que eso significa que siempre que escribo (o escriben) algo en mi blog de forma espontánea, el proceso será irreversible y consecuentemente los niveles de entropía crecerán con cada aportación hasta niveles cercanos al infinito.
Y entonces... ¿para qué ordenar mi blog? Quedémonos con el caos...
E intentemos convencer al mundo de que esta teoría es aplicable al desorden de mi habitación.
.
.
.
(1) Entropía: la magnitud termodinámica que mide la parte de la energía que no puede utilizarse para producir un trabajo. En un sentido más amplio se interpreta como la medida del desorden de un sistema, y en el caso del universo suele decirse que mide el caos del mismo (aquí mide el caos del mi blog, véase el título).
-La entropia se define solamente para estados de equilibrio.
-Solamente pueden calcularse variaciones de entropia.
-La entropia en un sistema aislado aumenta cuando el sistema experimenta un cambio irreversible.

Leer más...

miércoles, julio 05, 2006

Dos meses

Llevamos dos meses con este juego. Dos meses ya, y empiezo a aburrirme.
Al principio era divertido, mirarte cada día y pensar qué decir para molestarte, para que te vuelvas hacia mí resignado de nuevo con esos ojos, que planean ya el siguiente ataque pero me reconocen, no sin un poco de vergüenza, que sí, que la pelota está de nuevo en tu campo y que te toca golpear.
Era divertida la sensación en el estómago, los nervios, el no saber cuándo volverías a la carga, el esperar complaciente a que lo hicieras, a que devolvieras la pelota a mi campo, a seguir jugando.
Pero llevamos ya dos meses con este juego, y no sé si nos lleva a alguna parte. Te considero lo suficientemente inteligente para darte cuenta de que la situación está estancada, de que nos toca cambiar de campo, de juego, de estrategia, de lo que sea, pero nos toca cambiar. Y sin embargo, el tiempo pasa y nada ocurre. Ya lo sé, ya sé que también podría ser yo la que cambiara de campo, y de hecho creo que voy a hacerlo, pero no se me ocurre cómo ni qué hacer.
A lo mejor te pasa a ti lo mismo, no se te ocurre la forma de seguir, de avanzar. Y es normal, estamos invirtiendo todas nuestras energías en devolver la pelota, invirtiendo toda nuestra creatividad en ridiculizarnos y superarnos el uno al otro, siempre dentro de los límites de la ironía y la broma, sí, pero eso no es excusa.
Y ya es hora de cambiar de juego.
-Te propongo una cosa: ¿qué tal si dejamos la pelota en zona neutral y nos mostramos como somos? Si consigo que no te asustes demasiado con el cambio, te hago el amor apasionadamente durante toda la noche. Si no lo consigo y te asustas, me lo haces tu a mí como forma justa de venganza. ¿Cerramos el trato?

Leer más...
Son tiempos difíciles para los soñadores...
Creative Commons License

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

Alnitak no se responsabiliza de las opiniones y comentarios vertidos por los usuarios. Cualquier sugerencia será bien recibida.


Ellos me contaron que...

Followers

  ©Template by Dicas Blogger.